En el país hay pocos o nulos controles y la publicidad es permanente
Un aspecto clave dentro de este negocio son los controles. Pero en Argentina es notable la falta de ellos. En las sitios de apuestas legales (los que terminan con ".bet.ar") hay limitaciones para certificar que los que apuesten efectivamente sean mayores de edad. Pero otros sólo piden que el usuario diga si es mayor de edad y consideran esa afirmación como una declaración jurada.
De ningún modo exigen controles biométricos de la cara y demás datos del apostador para constatar si este es mayor de edad. Sin embargo, de los sitios legales aseguran que los controles allí son más exigentes ya que se debe certificar DNI, subir una foto, entre otras cosas y se certifica a través del Registro Nacional de las Personas.
Igualmente, según el relevamiento que se extendió por todas las provincias, lo que más preocupa son los jóvenes apostadores dentro de sitios ilegales con poco o nulo control. Allí han detectado ludópatas de 11 o 12 años. Ese factor, en Argentina, muestra un incremento alarmante.
Las casas de apuestas on line y sus actividades están apuntaladas por fuertes campañas publicitarias. Sus avisos ocupan todas las redes sociales, la televisión, programas vía streaming y contratan a figuras del deporte, influencers y del ámbito del espectáculo, además de eventos deportivos de gran repercusión para promocionar sus plataformas y juegos.
En torno a ello, según el portal Chequeado, en Argentina, un 28% de los equipos de la Primera División del fútbol, tienen casas de apuestas como sponsors en sus camisetas.
Un ejemplo de ello son Boca Juniors y River Plate. A Boca lo esponsorea Betsson tras la firma de un contrato a mediados de 2023 que vinculo al club con la empresa de apuestas por 7,5 millones de dólares por 18 meses de exposición en el pecho de sus camisetas. River tiene la publicidad de Codere. Primero mostró la marca en las mangas de sus casacas y ahora la exhibe en el frente. El vínculo entre el club de Núñez y esa compañía de juegos de azar habla de 12,5 millones de dólares por cuatro años.
Datos que provocan escalofríos
Entre las conclusiones del dossier desarrollado en conjunto entre dirigentes, ONG’s y universidades hay muchas que generan escalofríos porque muchos de los adolescentes que apuestan desde su teléfono celular han manifestado padecer trastornos de ansiedad y un alto grado de estrés.
Casi la totalidad de los adolescentes y jóvenes escucharon hablar de apuestas online.
4 de cada 10 jóvenes apuestan habitualmente o recientemente. El problema afecta claramente más a los hombres que a las mujeres.
3 de cada 4 apostadores le dedican hasta 2 horas diarias al juego on line.
Un 30% de los apostadores ha experimentado ansiedad o estrés al no poder realizar una apuesta.
Un 60% de los apostadores consideran que ganan por efecto del azar, sobre todo aquellos que apuestan en casinos.
1 de cada 5 jugadores considera que el resultado en las apuestas deportivas depende de sus conocimientos en el deporte, disciplina o equipo apostado. Para los especialistas esto refiere a la ilusión de dominar los resultados.
En promedio, los adolescentes y jóvenes apuestan el equivalente a 2 de cada 3 pesos que reciben de sus padres y madres para afrontar gastos cotidianos.
Los montos apostados mensualmente varían significativamente dependiendo de las edades, del género, del nivel educativo, de la condición de permanencia en establecimientos educativos y del estrato socioeconómico en el que residen.
Los chicos apostadores frecuentan ambientes donde predomina el clima de apuestas. 3 de cada 4 conoce amigos, amigas o allegados que juegan en casinos en línea.